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Trabajar con problemas estomacales

En qué forma las condiciones GI pueden afectar a las mujeres de las fuerzas armadas y sus disponibilidades para misiones

En los primeros días de la carrera militar de la mayor retirada  de EE.UU. Trisha Stavinoha, ella descubrió que tenía un problema gastrointestinal (GI) que hacía que sea casi imposible que corra sin que eso cause diarrea. 

Esa sensación repentina de tener que usar el baño causó complicaciones para la Mayor Stavinoha cuando se unió al ejército, época en la cual correr con otros soldados era parte de su vida cotidiana. 

Cuando tomó la prueba de PT [Aptitud física] del ejército hace 20 años, la Mayor Stavinoha tuvo que correr a la sección lateral de la pista para defecar antes de terminar. Afortunadamente para ella, la parte posterior de la pista estaba cubierta con árboles altos, dijo. 

“Recuerdo correr a un lado para hacer mis necesidades y luego terminé la prueba de PT”, dijo la Mayor Stavinoha. “Di lo mejor de mí, que es por lo que me hice famosa. Recuerdo eso muy vívidamente”. 

Posteriormente la Mayor Stavinoha recibió el diagnóstico de síndrome de intestino irritable o SII, una condición crónica que afecta el tracto GI, incluyendo el estómago y los intestinos. Causa cólicos, dolor estomacal, embotamiento y gases, así como diarrea o estreñimiento. 

Aunque a veces eso causaba una sensación de aislamiento, la Mayor Stavinoha no era la única con esa condición. Estudios demuestran que los trastornos GI entre miembros de servicio activo y retirados son frecuentes, particularmente durante despliegues militares. 

Las investigaciones relacionadas con enfermedades de diarrea del departamento de asuntos de veteranos determinaron que 3 de cada 4 veteranos experimentaron problemas GI durante sus despliegues militares en Irak y Afganistán. Las condiciones se asociaron con el estrés e infecciones causadas por alimentos o agua y resultaron en un “deterioro importante del desempeño laboral”, según las investigaciones. En muchos casos, las enfermedades desarrolladas durante los despliegues militares se volvieron condiciones crónicas, tales como el SII.

Según un estudio, las mujeres militares también experimentan mayores índices de enfermedades de intestino irritable (EII) que la población civil, lo cual incluye la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. Hay 417 casos de EII por cada 100,000 mujeres en las fuerzas armadas, mientras que hay 284 casos por cada 100,000 hombres. 

Ada Stewart, M.D., una coronel de las reservas del ejército de EE.UU., dijo que los cambios de alimentación y de tu entorno durante despliegues militares pueden causar problemas tales como dolor abdominal, estreñimiento y diarrea. 

En muchos casos, los miembros de las fuerzas armadas esperan para ir al baño debido a una falta de instalaciones, lo cual puede causar problemas con el tiempo, dijo. Las tropas con sensibilidades alimenticias, tales como al gluten o intolerancia a la lactosa también padecen peores síntomas cuando no pueden encontrar suficientes alimentos durante los despliegues militares que se adapten a sus dietas específicas. 

Condiciones GI no tratadas pueden afectar negativamente la disponibilidad militar. 

“Si te duele algo, no podrás entrenar ni podrás cumplir con la misión”, dijo la Dra. Stewart. “Muchas veces, los soldados soportan el dolor y tratan de aguantarlo, pero eventualmente no podrán trabajar óptimamente. Por eso, muchas veces, ignoramos cosas y terminan empeorando”. 

Para la Mayor Stavinoha, las ocasiones en que su SII la afectó más fueron cuando no tenía flexibilidad o acceso a baños. Era más notorio durante sus entrenamientos al inicio de su carrera y durante despliegues militares. Cuando trabajó en Kuwait, aprendió a manejar su condición despertando más temprano que la mayoría de personas y corriendo cuando su base no tenía mucha actividad. Recolectaba papel higiénico para llevarlo con ella, por si acaso. 

También pueden surgir problemas en periodos más cortos de tiempo que en despliegues militares que duran algunos meses, dijo la Dra. Stewart. Incluso durante fines de semana de entrenamiento en Fort Jackson en Carolina del Sur, ha tratado a reservistas que acuden a ella con estreñimiento y dolor estomacal. 

Esos problemas pueden ocurrir porque los miembros de las fuerzas armadas no beben suficiente agua y comen MRE. 

Aunque las comidas frecuentemente tienen mucha proteína, algunas MRE tienden a alterar los sistemas digestivos de los miembros de las fuerzas armadas. 

“[Los problemas gastrointestinales] son muy frecuentes”, dijo la Dra. Stewart. “Lo difícil es cuando piensas en el entorno en el cual trabajan las personas y las cosas que están disponibles… muchas veces, un soldado no puede controlar lo que tiene disponible para comer”. 

También se ha descubierto que los traumas pueden causar trastornos GI para los miembros de las fuerzas armadas. En un estudio, más de 1 de cada 3 mujeres que recibieron atención médica mediante la VA tenían SII, y la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) también eran frecuentes para mujeres que tenían la condición. 

En general, el estudio descubrió que los trastornos psicológicos, tales como la depresión, la angustia y el TEPT incrementan el riesgo de que una persona desarrolle un SII.  El trauma sexual militar (MST, por sus siglas en inglés) también se ha vinculado con muchas condiciones de dolor crónico, incluyendo con SII. 

Las investigaciones también descubrieron que las mujeres miembros de las fuerzas armadas experimentaran mayores índices de la EII que la población civil, lo cual incluye la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. Hay 417 casos de EII por cada 100,000 mujeres en las fuerzas armadas, mientras que hay 284 casos por cada 100,000 hombres. 

Para mitigar los síntomas de los problemas GI, la Dra. Stewart sugirió que los miembros de las fuerzas armadas hagan lo mejor que puedan para estar hidratados y para comer alimentos saludables. Sin embargo, identificar la dieta correcta que debe seguirse no siempre es fácil, y los mismos alimentos no son los mejores para todos. Comer más frutas y vegetales frecuentemente es una buena regla, pero a veces la fibra extra puede empeorar las cosas para algunas personas, dijo la Dra.  Stewart. 

Cuando los miembros de las fuerzas armadas acuden a ella con problemas, frecuentemente sugiere que mantengan un diario de alimentos el cual será útil para identificar qué comidas alteran su digestión. 

“Si haces eso, usualmente podrás ver cuáles son las causas de algunos de tus problemas”, dijo la Dra. Stewart. “Mantener ese diario de alimentos y escribir esas cosas es útil para los profesionales médicos para identificar qué cosas debes evitar”. 

Saber cuándo buscar atención médica también es importante. Existen varias señales de alerta que no deberías ignorar incluyendo sangre en el excremento, dolor estomacal grave y pérdida de peso que no puedes explicar. 

“Lo mejor que puedes hacer es educar a tus soldados”, dijo la Dra. Stewart. “Muchas veces tratamos de soportar el malestar. No queremos ser la persona que retrasa una misión importante. Pero si no te sientes bien, debes solucionar ese problema”. 

La Mayor Stavinoha buscó atención médica por primera vez para sus problemas estomacales cuando vio sangre en su excremento. Ahí es cuando recibió el diagnóstico de SII, el cual, en su caso, es provocado por el ejercicio. 

Aunque correr desencadenó sus síntomas, la Mayor Stavinoha perseveró. Era buena corriendo y no quería ignorar ese don, dijo. 

La Mayor Stavinoha es ahora una corredora de larga distancia y una nutricionista. Con el tiempo aprendió a manejar su SII llevando con ella toallitas de papel, conociendo sus rutas e identificando los lugares en los que puede parar, así como despertando temprano para calentar y yendo al baño antes de una carrera larga. 

“Siempre fui una persona muy persistente y creo que el hecho de que corrí y lidié con mis problemas fue algo útil para entrenar a mi estómago”, dijo la Mayor Stavinoha . “Por eso, ahora definitivamente no es tan mala mi situación. Cada vez que salgo a correr, siempre llevo toallitas de papel conmigo, por si acaso, pero definitivamente ahora todo está más controlado”.

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This resource was created with support from the Ready, Healthy & Able program funders.

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