Han pasado 12 años desde que se permitió que soldados de la comunidad LGBTQ+ trabajen abiertamente en las fuerzas armadas de EE.UU. Y han pasado siete años desde que se permitió que los miembros de las fuerzas armadas transgénero usen los uniformes según su género preferido. Algunos años tumultuosos en ese lapso estuvieron llenos de declaraciones presidenciales, demandas y políticas que establecían límites para los miembros transgénero durante la administración del expresidente Trump.
El presidente Biden repelió esas restricciones un poco después de asumir su cargo, lo cual restauró los derechos que se ganaron con mucho esfuerzo para las personas de la comunidad LGBTQ+ que deciden unirse a las fuerzas armadas. Pero aunque los miembros de la comunidad LGBTQ+ pueden trabajar en cualquier cargo o capacidad, todavía se enfrentan a discrepancias de la atención médica, especialmente en lo que se refiere a la atención de la salud reproductiva y a tratamientos de fertilidad.
Tricare no cubre madres sustitutas bajo ninguna circunstancia, pero cubre servicios de fertilidad tales como tratamientos hormonales, servicios de diagnóstico, cirugías correctivas para infertilidad relacionada con una condición física o tratamientos para disfunciones eréctiles. Pero sólo paga por tratamientos de avanzada, tales como fecundación in vitro (FIV), bajo ciertas circunstancias. Está disponible exclusivamente para personas casadas que trabajan en las fuerzas armadas que experimentaron una lesión o enfermedad relacionada con su servicio que causó la pérdida de la capacidad reproductiva.
Matrimonios de miembros de las fuerzas armadas pueden obtener FIV en seis instalaciones militares de tratamiento en todo el país a un costo de $5000 por ciclo, pero las listas de espera son largas. Y para miembros de las fuerzas armadas que no trabajan en bases que estén cerca de estos centros médicos importantes, el proceso es complicado.
Pero incluso solo para que se los considere para el beneficio, los miembros de las fuerzas armadas, nuevamente, deben estar casados y deben tener un diagnóstico de infertilidad, lo cual el departamento de defensa clasifica como no poder concebir mediante relaciones sexuales sin protección después de intentarlo durante al menos un año.
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Estas restricciones, indicó Ellen Gustafson, cofundadora de la Military Family Building Coalition [Coalición de desarrollo de familias militares], no toman en cuenta no solo a todos los miembros solteros, sino que también a todas las parejas casadas de la comunidad LGBTQ+ puesto que parejas de personas que tienen el mismo género no pueden embarazarse mediante relaciones sexuales.
Con el reclutamiento militar en su punto más bajo de la historia de las fuerzas armadas completamente voluntarias, la retención de todos los miembros se ha vuelto una prioridad, dijo Ellen, y el departamento de defensa debería proporcionar lo que ella llama una “atención básica de la salud reproductiva” en todas las instalaciones médicas militares para todos los miembros de las fuerzas armadas.
Esta atención incluiría examinaciones para detectar infertilidad, orientación y preservación criogénica de esperma y de óvulos lo cual permitiría que los miembros de las fuerzas armadas programen su desarrollo familiar sin que esto afecte sus carreras profesionales. También incluiría la cobertura de inseminación intrauterina (IIU), un procedimiento que incrementa las posibilidades del embarazo y permite el uso de espermatozoides de donantes, lo cual incrementaría las oportunidades de que muchas parejas de la comunidad LGBTQ+ tengan hijos.
En todas las instalaciones militares de tratamiento que ofrecen FIV y IIU, la IIU es significativamente menos cara.
“No implica la creación ni destrucción de embriones, lo cual frecuentemente es un obstáculo para la FIV [para partes que se oponen a la cobertura del procedimiento]. Pero la IIU debería ser atención médica cubierta para todos”, dijo Ellen.
Como consecuencia de la diferencia en atención, algunas clínicas de fertilidad ofrecen descuentos y préstamos a miembros de las fuerzas armadas. También existen subvenciones y becas que son útiles para la comunidad LGBTQ+ mediante varias organizaciones sin fines de lucro.
Y el grupo de Ellen proporciona servicios de preservación de esperma para la comunidad del Navy Special Warfare [Comando de tácticas especiales de guerra de la fuerza naval], así como consejería y orientación clínica para pilotos mujeres de la fuerza naval y de la fuerza aérea.
Ellen dijo que las fuerzas armadas tienen experiencia con familias no convencionales, es decir, parejas que deciden vivir lejos como consecuencia del empleo y la geografía, padres solteros, parejas de dos militares que mantienen familias con la ayuda de familiares y amigos, y tiene sentido que el departamento de defensa trabaje con los miembros de las fuerzas armadas para garantizar que puedan tener familias mientras trabajan para su país.
“Si implementas un enfoque moderno al desarrollo familiar y usas la tecnología que está disponible, no será difícil ser inclusivo”, dijo Ellen.