El término infección urinaria (UTI, por sus siglas en inglés) se refiere a cualquier infección del sistema urinario, que está compuesto por la vejiga, la uretra, los uréteres y los riñones. Su gravedad varía desde una simple e incómoda molestia hasta algo doloroso y potencialmente peligroso y las mujeres y personas con biología femenina en las fuerzas armadas tienen un mayor riesgo de desarrollarlas, dijo la Mayor Melody Nolan, una ginecóloga del ejército de EE.UU.
Aunque son muy comunes para las mujeres y pueden tratarse con antibióticos, las UTI pueden causar daños renales y septicemias si no se tratan.
Las personas con biología femenina experimentan UTI más frecuentemente que los hombres y estar en las fuerzas armadas representa un mayor riesgo porque a menudo se encuentran en situaciones en las cuales mantener la higiene personal puede ser difícil, dijo la Mayor Nolan. Estas situaciones incluyen la participación en capacitación de vuelo, estar en vuelos de largas duraciones, trabajar en una plataforma naval con bastantes personas o en entornos difíciles.
¿Por qué las mujeres militares tienen un mayor riesgo de UTI?
Una encuesta de 2020 del ejército de EE.UU. descubrió que una de cada cinco mujeres de las fuerzas armadas de servicio activo desarrolló una UTI durante despliegues militares. De ellas, aproximadamente dos de cada tres dijeron que las infecciones interfirieron con sus desempeños y deberes laborales.
El ejército ha atribuido el mayor riesgo de UTI y de otras infecciones a una falta de privacidad y de instalaciones limpias, tales como duchas, servicio de lavandería, inodoros y estaciones para lavarse las manos.
“Frecuentemente solo hay inodoros portátiles u otros que no cuentan con descargas de agua, y se encuentran a cientos de metros o a mayores distancias de las instalaciones de entrenamiento”, dijo la Mayor Nolan. “Puede que no tengan fácil acceso y es posible que no estén limpios”.
La Mayor Nolan indicó que otro problema es que los militares no beben mucha agua mientras se encuentran en el campo, para usar el baño lo menos posible. Aguantarse las ganas de orinar puede hacer que se acumulen bacterias, lo que causa infecciones. La Mayor Nolan también dijo que los militares podrían no desear usar el baño porque tratan de evitar el inconveniente de remover su equipo pesado y voluminoso o porque tienen una misión que no puede interrumpirse por razones de seguridad.
La falta de acceso a atención médica especializada también causa problemas, según la Mayor Molan. En un entorno de despliegues militares, la única atención médica disponible para personas de las fuerzas armadas podría verse limitada a su asistente médico o sanitario del escuadrón.
¿En qué forma las mujeres de las fuerzas armadas pueden prevenir UTI?
Educar a las personas de las fuerzas armadas con biología femenina sobre los síntomas de UTI y enseñarles cómo pueden reducir los riesgos de infección es útil para evitar problemas.
La Mayor Nolan sugirió que las personas con biología femenina de las fuerzas armadas laven sus manos antes y después de usar el inodoro y de cambiar cualquier producto relacionado con períodos menstruales. Cuando sea posible, deberían evitar aguantar las ganas de orinar y vaciar sus vejigas en cuanto tengan ganas. También deberían beber muchos líquidos, preferiblemente agua, para eliminar las bacterias del sistema urinario.
Estos consejos están publicados en tarjetas que se emiten para soldados de bajo rango, dijo la Mayor Nolan, pero admitió que esto no siempre se logra. Para reducir el riesgo de infección durante despliegues militares o ejercicios de campo, la Mayor Nolan recomendó usar desinfectante de manos o paños húmedos sin esencia para tratar de mantener buena higiene y usar ropa interior hecha de tela transpirable, tal como de algodón.
En casos en los que las personas de las fuerzas armadas con biología femenina no tienen privacidad o acceso a un inodoro, pueden usar un dispositivo femenino de derivación de orina, también conocido como FUDD, por sus siglas en inglés. El ejército empezó a proporcionar FUDD a personas de las fuerzas armadas con biología femenina en 2013 con sus equipamientos militares. Los dispositivos les permiten orinar paradas.
“Esto puede ser realmente beneficioso” dijo la Mayor Nolan. “No tienen que remover equipamientos militares ni desvestirse y [los FUDD] no requieren tanta privacidad para usarse”.
La Mayor Nolan dijo que los FUDD son particularmente útiles en convoyes militares. Las personas de las fuerzas armadas con biología femenina pueden pararse al lado de un vehículo que no se encuentra en movimiento y usar el dispositivo allí. Ir a algún otro lado para usar el baño no sería seguro debido a los riesgos de IED [Dispositivos explosivos improvisados] y de otro tipo.
Los soldados deberían envolver los FUDD en bolsas de plástico en sus bolsillos y enjuagarlos con agua limpia y jabón cuando sea posible.
¿Qué pasa cuando la prevención falla?
Las señales de una UTI incluyen ardor y dolor al orinar; muchas ganas de orinar que no se alivian; o dolor pélvico, especialmente alrededor de la zona del hueso púbico; y orina con apariencia turbulenta con un fuerte olor. La orina también puede parecer rosada, roja o con color de una soda, una señal de sangre en las vías urinarias.
“Frecuentemente aparecen repentinamente y pueden empeorar rápidamente si no se identifican o tratan”, dijo la Mayor Nolan.
El ejército motiva a personas de las fuerzas armadas con biología femenina a tratar de obtener ayuda inmediatamente de un proveedor de servicios médicos en sus estaciones de servicio si notan síntomas de una UTI, indicando que es importante en lo que se refiere a medidas de autocuidado.
La Mayor Nolan cree que a veces hay un poco de dudas entre las mujeres de las fuerzas armadas en lo que se refiere a reportar infecciones.
“No creo que hay dudas en lo que se refiere a reportar síntomas en el cuartel, donde las mujeres tienen acceso a sus instalaciones y servicios médicos”, dijo la Mayor Nolan. “Creo que probablemente existen [dudas] en el campo o si no se encuentran cerca de un proveedor médico con experiencia cuando participan en despliegues militares en situaciones de combate o en entornos difíciles. Puede ser embarazoso mencionarlo”.
UTI sencillas pueden tratarse con antibióticos. La salud general de las mujeres, así como el tipo de bacterias que se encuentran en sus orinas, determina qué medicamento debe usarse y durante cuánto tiempo. Los síntomas comúnmente pueden desaparecer después de algunos días desde que se inicia el tratamiento en casos no complejos.
UTI complejas ocurren cuando las bacterias ascienden a los uréteres de las pacientes, dijo la Mayor Nolan. Ahí es cuando las pacientes desarrollan fiebres, dolo renal, náuseas y vómito. En esos casos, la persona que padece la infección debería ser hospitalizada y recibir antibióticos en forma IV, dijo.
Cuando los miembros de las fuerzas armadas con biología femenina experimentan infecciones frecuentes, se les podría prescribir dosis bajas de antibióticos que deben tomar durante meses.
Al igual que con la mayoría de trastornos médicos, en vez de depender de tratamientos, lo mejor es hacer lo más posible para evitar UTI.