Cuando la capitán de la fuerza aérea Amanda Huffman fue asignada a Afganistán en 2010, trató de seguir tomando píldoras anticonceptivas para regular sus períodos y poder predecirlos en un entorno en el cual era difícil mantener buenas normas de higiene.
Sin embargo, por algún motivo que nunca pudo entender, los doctores de la capitán Huffman en Estados Unidos solo le daban prescripciones de seis meses, para campañas de un año. Luego, a la mitad de la campaña, trataba de obtener otra prescripción de seis meses, pero el médico militar solo proporcionaba una prescripción para 30 días más.
“No recuerdo si me dijo que debía hacer papeleo o si me dijo algo como ‘aquí está, manéjalo por tu propia cuenta’”, recordó la capitán Huffman. “Pero afortunadamente, pude comunicarme con un amigo en mi base que recogió mi prescripción [y me la envió]”.
Las mujeres han sido parte de las fuerzas armadas de EE.UU. desde que la administración de alimentos y medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. aprobó por primera vez un anticonceptivo oral en 1960. Sin embargo, apenas recientemente los métodos anticonceptivos se han vuelto fácilmente disponibles, y los líderes militares están cada vez más conscientes de que los problemas de la salud de la mujer, incluyendo su bienestar reproductivo, es un factor que afecta la disponibilidad de las fuerzas armadas.
“Cuando facilitas la salud de la gente, tendrás una mejor fuerza militar y su disponibilidad mejorará”, dijo Toni Marengo, M.D., una ex teniente comandante de la fuerza naval que se desenvolvió como directora médica de Planned Parenthood del océano Pacífico sudoriental. “Pero si tienes personas que tienen embarazos no deseados… eso puede incrementar el riesgo de nacimientos prematuros, partos prematuros, mayores costos, mayores estadías en UCI [Unidades de cuidados intensivos] neonatales, más personas que no están listas para regresar a trabajar… es una reacción en cadena”.
La demanda de métodos anticonceptivos aumenta a medida que más mujeres se unen a las fuerzas armadas
Una encuesta del departamento de defensa que se realizó en 2018 determinó que el 16% de todos los miembros de las fuerzas armadas reportaron que no usaron métodos anticonceptivos la última vez que tuvieron relaciones sexuales, incluyendo casi una de cada cuatro mujeres encuestadas.
Y a pesar de tener acceso a pruebas de bienestar y a métodos de control natal anuales, incluyendo anticoncepción a largo plazo reversible, el 5.5% de las mujeres militares reportaron un embarazo no deseado el año anterior, más que el 4.5% de la población general de EE.UU.
Puesto que apenas el 39% de mujeres y el 15% de hombres militares reportaron que recibieron orientación relacionada con métodos anticonceptivos durante sus años de servicio, todas las ramas tienen la oportunidad de reducir la cantidad de embarazos no deseados y de retener las tropas entrenadas en sus fuerzas de pelea.
“Siempre he pensado que esto depende de la educación”, dijo la Dra. Marengo. Puedes marcar la diferencia a medida que sigues educando a las personas en el campo que reciben servicios médicos y a los proveedores de dichos servicios”.
El control natal en la vida militar no solo implica la prevención de embarazos no deseados. Tal como lo indicó la capitán Huffman, reducir o evitar un período de despliegue es algo importante, puesto que las mujeres a menudo no tienen un fácil acceso a productos sanitarios o se enfrentan a dificultades de no tener una higiene adecuada en lugares remotos. Los métodos anticonceptivos también se prescriben para tratar algunos diagnósticos médicos, incluyendo el dolor pélvico. Según la Dra. Marengo, las mujeres prefieren tener un control natal confiable durante los entrenamientos así como durante las operaciones en caso de que las capturen o que sufran agresiones sexuales.
Por todos estos motivos, las mujeres necesitan un mejor acceso a métodos anticonceptivos, dijo la Dra. Marengo.
Métodos nuevos de anticoncepción en las fuerzas militares
Con la guía de la Dra. Marengo y de otras personas, la fuerza naval introdujo consultorios de atención inmediata en sus instalaciones médicas y en centros de capacitación de reclutas. Las clínicas proporcionan asesoría inmediata y citas relacionadas con anticoncepción para el mismo día, incluyendo métodos a largo plazo reversibles, lo cual incluye dispositivos intrauterinos (DIU) e implantes.
Este servicio está disponible en más de dos docenas de clínicas para marineros e infantes de marina.
Y el ejercito y la fuerza aérea empezaron a adoptar la idea también. La fuerza aérea abrió una en la base aérea Beale en 2019 y el ejército abrió una en el centro médico Brooke en San Antonio, Texas, el año pasado.
Pero todavía falta mucho para aumentar el acceso, dijo la Dra. Marengo, agregando que su clínica atiende a mujeres militares, así como a esposas y dependientes de miembros de las fuerzas armadas que deben proporcionar un copago para sus prescripciones de métodos anticonceptivos si no los compran en una farmacia o clínica militar.
“Puedo decirte que a nivel local, los hospitales no cuentan con suficiente financiamiento; no tienen suficiente personal y se va a requerir que personas… en los niveles más altos, presionen para concientizar que la anticoncepción y la planificación familiar son importantes para todas las personas, y particularmente, para la vida militar”, dijo la Dra. Marengo.
Los siguientes pasos
En vista de la decisión de la corte suprema de EE.UU. de derogar el precedente de Roe vs. Wade, la disponibilidad general de métodos de control natal se vuelve cada vez más importante para las militares que desean evitar embarazos no deseados.
No se conoce la cantidad total de mujeres militares que han hecho abortos, puesto que las mujeres que desean dar por terminados a sus embarazos por razones diferentes a violaciones, incesto o peligro a su salud deben hacerlo y pagarlo en entornos privados.
Según los datos del DoD [Departamento de defensa], solo se realizaron 91 abortos en los hospitales militares de EE.UU. desde 2016 hasta 2021. Dos de cada tres de estos procedimientos fueron para mujeres militares en servicio activo.
Puesto que el 40% de mujeres militares (80,000 miembros de las fuerzas armadas) viven en estados que ahora restringen abortos, los debates relacionados con los servicios médicos y la atención reproductiva de las mujeres, incluyendo los abortos, se vuelve cada vez más frecuente entre los líderes del DoD.
El secretario de defensa, Lloyd Austin, dijo en junio que “[los líderes están] examinando la decisión de cerca y evaluando nuestras políticas” para garantizar que el DoD proporcione acceso a atención “tal como lo permita la ley federal”.
“Nada es más importante para mí o para este departamento que la salud y el bienestar de nuestros miembros, de la fuerza laboral civil y de las familias del DoD”, dijo el secretario Austin.
El departamento de asuntos de veteranos, que proporciona atención médica a mujeres que trabajaban en las fuerzas armadas, anunció en septiembre que empezaría a proporcionar abortos en casos de violaciones, incesto y peligros a la vida o a la salud de las madres.
La Dra. Marengo dijo que las mujeres representan el 17% de los militares de EE.UU. y que las políticas deben cambiar para garantizar que tengan acceso a todos los aspectos de la atención médica, incluyendo a servicios de la salud reproductiva.
“La decisión de Dobbs… está forzando a las fuerzas militares a tomar algunas decisiones más progresistas”, dijo la Dra. Marengo. “La anticoncepción y el acceso son los factores que me parecen más importantes. Hagamos que eso suceda”.
La capitán Huffman estuvo de acuerdo y dijo que tener niños jugó un papel importante en su decisión de abandonar las fuerzas armadas.
“Los beneficios de la atención médica son algunos de los factores más importantes por los que la gente se une a los servicios militares, por lo cual, es realmente crucial atender tu salud física integralmente, incluyendo los servicios de anticoncepción”, dijo.