(Photo/Cpl Samuel Corum)
(Photo/Cpl Samuel Corum)

Las mujeres militares podrían enfrentar obstáculos adicionales para diagnósticos de trastornos pulmonares

Las personas expuestas a fosas de quema deben defender sus derechos por su propia salud

Julie Tomaska recuerda que se enfermó por primera vez en 2005 casi inmediatamente cuando empezó su despliegue militar en la base aérea Balad en Irak: Tenía una tos seca que era común para la mayoría de personas que acababan de llegar a la base.

“La denominaban la ‘suciedad iraquí’”, dijo Tomaska que trabajó en comunicaciones e inteligencia para la Guardia Nacional Aérea. 

Dijo que aunque los líderes decían que la tos era consecuencia de las tormentas de polvo que frecuentemente pasaban por la base, otra causa tóxica estaba cerca: las enormes fosas en las que las fuerzas armadas quemaban todo el día basura, incluyendo desperdicios médicos, plásticos y poliestireno extruido. Cuando las llamas disminuían, las personas a cargo de mantenimiento agregaban combustible para aviones en las fosas para reiniciar la quema. Tomaska pasaba por las fosas varias veces al día, trasladándose desde las carpas en las que dormía hasta las líneas de vuelo en las que trabajaba. 

Después de dos despliegues militares en Balad, Tomaska tenía un número cada vez mayor de síntomas crónicos, incluyendo dolores de cabeza graves, dificultad para respirar y un ritmo cardiaco peligrosamente acelerado. No fue hasta 2018, más de una década después de su último despliegue militar y después de tener consultas con varios doctores de la VA [Administración de servicios para veteranos] y de clínicas civiles, que se sometió a una biopsia pulmonar. Después de eso recibió varios diagnósticos espeluznantes: enfisema, fibrosis pleural, pleuritis crónica y bronquiolitis constrictiva (pulmón de palomitas de maíz), todos trastornos pulmonares crónicos. 

“Lo que más me conmocionó es que encontraron hollín visible en la parte exterior de mis pulmones”, dijo Tomaska. 

Tomaska es parte de un número enorme de veteranos expuestos a fosas de quema en Irak y Afganistán que ahora reportan síntomas respiratorios crónicos. Aunque no se conoce el número completo de veteranos que desarrollaron enfermedades pulmonares crónicas después de trabajar cerca de fosas de quema, nuevas investigaciones indican que el impacto es general. 

Una encuesta de 2023 indicó que veteranos que participaron en despliegues militares en Irak y Afganistán reportaron índices de incidencia de casos nuevos de asma de hasta el 14% en comparación con el 8%de la población general. Y una examinación de 2022 de 21 veteranos que previamente eran saludables que tuvieron exposición a fosas de quema mostró que todos ellos tuvieron valores significativamente menores de la presión espiratoria máxima (PEM), lo cual indica que sus pulmones funcionaban por debajo de lo normal. 

Tomaska también experimentó el obstáculo adicional que las mujeres militares frecuentemente enfrentan cuando tratan de pedir ayuda: A pesar de tener una educación médica que ahora incluye un PhD. en salud pública, tuvo dificultades para convencer a sus proveedores médicos que sus síntomas eran reales. 

Lee: La calidad de la atención médica para las mujeres en el sistema médico militar de EE.UU. es un asunto de seguridad nacional>> 

“Pienso que muchos [proveedores médicos] dicen, epa, tienes hijos y estás cansada. Epa, probablemente es la premenopausia o posmenopausia. O todas estas cosas que vienen con lo que implica ser mujer”, dijo. “O piensan que estamos exagerando, cuando en realidad pienso que las mujeres tendemos a reportar menos de lo que deberíamos”. 

Tomaska, quien ahora es la presidenta de la junta de asesoría científica de la organización de defensa de derechos de los veteranos Burn Pits 360 [fosas de quema 360], es parte de la iniciativa del grupo para desarrollar un mayor conjunto de datos para entender la correlación entre la exposición a fosas de quema y enfermedades pulmonares crónicas. 

Con más de 8,000 personas registradas en la base de datos de Burn Pits 360 de veteranos independientes y que proporcionaron su propia información, la mayor parte, dijo, indicaron que tenían al menos un trastorno pulmonar. De las 540 personas que se registraron y que se identifican con el género femenino (más de la mitad de las personas que se registraron no indicaron su género), Tomaska dice que 7 de cada 10 reportaron una condición pulmonar. De ellas, casi 6 de cada 10 reportan más de un trastorno pulmonar. 

La VA mantiene su propio registro de riesgos atmosféricos y de pozos de quema al aire libre desde 2014, con más de 336,000 personas registradas a la fecha. Aproximadamente 9 de cada 10 de esas personas registradas reportan haber tenido exposición a fosas de quema. El análisis más reciente del registro, desde 2022 muestra que 1 de cada 10 personas registradas son mujeres. Aunque el análisis indica que aproximadamente el 12% de las personas registradas reportan bronquitis crónica, no se desglosa la prevalencia de los síntomas o de las condiciones por género. (el índice de bronquitis crónica para los civiles es el 3.1%).

Históricamente, los veteranos enfrentan muchas dificultades para que la VA reconozca y cubra trastornos pulmonares relacionados con fosas de quema. Finalmente se reconoció que enfermedades respiratorias crónicas, tales como la bronquiolitis constrictiva, el asma y la fibrosis pulmonar tienen un vínculo con la exposición a fosas de quema cuando se aprobó la ley PACT de 2022. La ley proporcionó a veteranos beneficios médicos para la exposición a fosas de quema y a otras toxinas. Aunque la ley fue una victoria importante para los veteranos, todavía hay vacíos. Burn Pits 360 indica que a la VA todavía le falta un código diagnóstico dedicado para trastornos respiratorios relacionados con los despliegues militares y un protocolo establecido de examinación para evaluar a pacientes que tienen dificultad para respirar. 

Tomaska dijo que está trabajando para cerrar los vacíos en lo que se refiere a lo que se conoce como la correlación entre fosas de quema y enfermedades pulmonares crónicas para mujeres militares. Hace esto promoviendo examinaciones proactivas y procesos de diagnóstico. En mayo, Burn Pits 360 asistió a la conferencia anual de la Sociedad torácica estadounidense junto con la compañía de toma de imágenes pulmonares 4D Medical para promover examinaciones no invasivas. Tomaska dijo que le gustaría que haya un protocolo más establecido en el cual el reconocer exposiciones a fosas de quema promueva una examinación proactiva, muy parecido a cuando se ofrecen mamografías de rutina para mujeres que tienen más de cierta edad. 

Para veteranas que tienen exposición a fosas de quema y que buscan respuestas o ayuda, Tomaska recomendó que se inscriban en ambos registros: el de la VA y el de Burn Pits 360. También deberían realizar el proceso inicial de examinación para condiciones pulmonares con la VA y hacer que cualquier síntomas se registre en sus expedientes médicos. Si sospechan que algo anda mal, deberían comunicarse con sus proveedores médicos o ginecólogos obstetras inmediatamente para mantener conversaciones sobre el proceso de diagnóstico y tratamiento. 

En vista de las dificultades que tuvo para que le creyeran y para obtener las respuestas que necesitaba, Tomaska dijo que ella piensa que las mujeres deben ser especialmente proactivas en lo que se refiere a documentar sus propios antecedentes y consultas médicas. 

“Simplemente diría [a estas mujeres militares] que deben empezar a defender sus propios derechos por su propia salud”, dijo, “porque, desafortunadamente, es una batalla cuesta arriba”. 

Recursos 

Registro de pozos de quema de Burn Pits 360

Registro de riesgos atmosféricos y pozos de quema al aire libre de la VA 

La presencia de información visual del departamento de defensa (DoD, por sus siglas en inglés) de EE.UU. no implica ni significa un patrocinio del DoD. 

Este recurso educativo se preparó con el apoyo de AstraZeneca.

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Kathy Beasley Ph.D., FACHE CAPT, USN (Ret.) is a retired Navy Captain who had a 30-year career serving in the Navy Nurse Corps. Upon retirement from military service, she worked for a decade at the Military Officers Association of America, where she advocated for military members, their families and veterans on a range of healthcare issues at the national level.

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