La Sgto. Erica Earl se recuperaba de un trastorno alimenticio cuando recitaba el credo del ejército dos veces al día en el campo de entrenamiento en 2014, pero cuando recitaba las palabras “soy disciplinada, así como física y mentalmente dura”, dijo que sentía que era un “fraude”.
“Aun cuando todavía tenía problemas de la salud mental, incluso entonces, creía que podía atravesar cualquier cosa si simplemente daba lo mejor de mí”, dijo. “Sentía que [era] un fraude porque decía esto [y] no era lo que pensaba realmente”.
Ella no es la única que siente eso. Las mujeres del servicio militar tienen dos veces más probabilidades de padecer trastornos de la salud mental que sus compañeros hombres Aproximadamente el 12.8% de las mujeres de las fuerzas armadas tienen diagnósticos de trastornos de la salud del comportamiento, casi el doble que el índice del 7.5% de sus contrapartes hombres.
Informes recientes sugieren que la diferencia de estos índices de la salud mental podría ser causada por algunos factores estresantes específicos de su género a los que las mujeres de las fuerzas armadas se enfrentan, tales como índices más altos de agresiones y acosamientos sexuales, problemas de imagen corporal, la maternidad, sexismo en el lugar de trabajo y ser ignoradas por sus compañeros de equipo.
La tendencia puede verse más en el personal que participa en despliegues militares, donde las mujeres tienen de 3.1 a 3.5 veces más posibilidades de suicidarse que sus contrapartes que no participan en despliegues militares, según el Instituto nacional de estudios de la salud. Comparativamente, los índices de suicidio para hombres que participan en despliegues militares son aproximadamente de 0.9 a 1.2 veces más altos que para sus colegas hombres que no participan en dichos despliegues.
Las mujeres que participan en despliegues militares también tienen más posibilidades de experimentar agresiones y acosamientos sexuales, según un informe del Pentágono.
Aunque los despliegues militares incrementan el riesgo de problemas de la salud mental para todas las tropas, Tiffany Lange, Psy.D, una psicóloga de Virginia, dijo que las mujeres se enfrentan a factores estresantes específicos de su género porque tienden a tener la responsabilidad de cuidar a sus hijos.
“Para las mujeres en particular, hay factores estresantes adicionales relacionados con preocupaciones del cuidado de sus hijos, condiciones financieras y dolor emocional debido a estar separadas de sus hijos, además de su exposición potencial a condiciones de combate o encontrarse en lugares muy estresantes en diferentes países”, dijo. “La sociedad, en general, pone más énfasis y presión en las mujeres en el rol de cuidadoras primarias”.
Las probabilidades más altas de las mujeres de sufrir agresiones o acosos sexuales en el ejército es un factor que contribuye con la diferencia de los índices de trastornos de la salud mental en las fuerzas armadas, según el informe de RAND Corp. de 2022 sobre las diferencias de género en la salud de las tropas.
“Descubrimos que las diferencias de género en lo que se refiere a la salud general, a síntomas de TEPT y a depresión que reportaron las tropas están relacionadas con la exposición a agresiones y acosos sexuales, así como con la discriminación de género”, indicó el informe.
Aproximadamente el 8.4% de las mujeres de las fuerzas armadas reportaron haber experimentado contactos sexuales no deseados en 2021, según el informe más reciente del pentágono de acoso sexual en el ejército, en comparación con el 1.5% de los hombres en las fuerzas armadas.
La predominancia de los hombres en el ejército empeora otros factores, dijo la Dra. Lange. Aproximadamente uno de cada seis miembros de las fuerzas armadas de servicio activo es mujer, según un informe de 2022 de la oficina de diversidad, equidad e inclusión del departamento de defensa.
Algunas mujeres del ejército reportaron sentir menos respeto de la cadena jerárquica debido a su género.
“Creo que [el estrés] sería una reacción razonable para cualquier persona que se encuentre en un entorno en el que siente que no puede progresar en función de sus méritos”, dijo la Dra. Lange.
A pesar de eso, el estigma de tratar de obtener atención para la salud mental en el ejército y los temores de consecuencias negativas hacen que los soldados no busquen ayuda, dijo la Dra. Lange. Para reducir el estigma, la Dra. Lange sugirió que personas que hayan tenido buenas experiencias relacionadas con recibir atención para la salud mental compartan sus historias y que se acepte la noción de que hacerlo toma coraje.
“No hay muchas conversaciones sobre experiencias positivas relacionadas con la salud mental y eso se debe a la forma en que se racionaliza el estigma y el punto de vista de que es una debilidad tratar de obtener servicios y que el manejar problemas sin ayuda de nadie es una señal de fortaleza”, dijo la Dra. Lange.
El mito que sugiere que tratar de obtener atención para la salud mental siempre resultará en altas por razones médicas está muy difundido y es dañino.
“Más del 90% del personal militar que trata de obtener proactivamente tratamiento para la salud mental no experimenta ningún impacto negativo en su carrera”, dijo la Dra. Lange. “Aquellas personas que tratan de obtener proactivamente servicios relacionados con la salud mental tienen más posibilidades de recibir un diagnóstico de trastorno adaptativo [una condición temporal relacionada con el estrés debido a un evento estresante], en vez de diagnósticos más a largo plazo o graves de depresión, ansiedad o TEPT [Trastorno de estrés postraumático]”.
Otra razón por la cual algunos soldados podrían rehusarse a tratar de obtener ayuda es el temor de que su autorización de seguridad pueda verse afectada por hacerlo, dijo la Dra. Lange. En las solicitudes de autorizaciones de seguridad, los aplicantes deben contestar si han recibido tratamiento para la salud mental en los últimos siete años, pero una autorización no puede negarse exclusivamente en función de una respuesta afirmativa a esa pregunta, según el Pentágono.
Aun así, los soldados no tienen que reportar que reciben orientación relacionada con la salud mental en las solicitudes de autorización de seguridad si la atención está relacionada con asuntos maritales, adaptación a su familia o problemas relacionados con angustia; adaptación relacionada con regresar a sus hogares después de participar en combate; o si la orientación se trató de obtener para lidiar con el trauma de una agresión sexual, según el departamento de defensa.
No existe límite de asistencia de atención de la salud mental que los soldados y veteranos puedan recibir. El sistema de atención médica militar proporciona recursos de orientación y psiquiátricos cuando éstos se requieren, lo cual también aplica para personas que salieron del servicio a través del departamento de asuntos de veteranos, según el Pentágono.
El departamento de defensa también dispone de líneas telefónicas para crisis y una variedad de recursos de la salud mental a través de su programa “Military One Source”. El sitio web es una ventanilla única para explorar recursos de la salud mental proporcionados por el ejército.
Ocho años después de haber estado en el campo de entrenamiento, la Sgto. Earl ha aprovechado algunas de las muchas ofertas de atención de la salud mental del ejército, incluyendo orientaciones privadas, terapias grupales y tratamientos para pacientes hospitalizados. Dijo que sabía que la salud mental no es algo que los soldados tienen que “atravesar” solos.
“Mi carrera siempre estuvo por encima de mi propia salud mental”, dijo. “La gente [debería tratar de obtener] ayuda porque la salud mental es más importante y no puedes operar realmente cuando tienes un trastorno grave, eso es muy peligroso”.
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